Un nuevo número de Bioética Complutense, el 13.
Artículos para reflexionar sobre temas bioéticos, casos analizados, propuestas narrativas y novedades interesantes para estos días.
viernes, 21 de diciembre de 2012
miércoles, 28 de noviembre de 2012
La Complu en la calle
Hay que defender la Universidad Pública. Somos muchos los que creemos que la educación es la clave del futuro, que no podemos destruir todo el valor incalculable de la sabiduría que hay en nuestras aulas, el potencial enorme de pensamiento, creación, investigación, innovación que se promueve con la palabra, con las prácticas, con los libros, con todo lo que un profesor puede transmitir, con toda la ilusión que puede generar. Y por eso es imprescindible defender, proteger, cuidar la educación. Y la formación pública es un valor que no puede perderse, pues con ello estamos cerrando posibilidades y generando una sociedad ridícula, llena de desigualdades e incoherencia, imperio de gañanes y gentes sin escrúpulos. Educar es esencial, es vital.
Por eso es bienvenida esta convocatoria: sacar la universidad a la calle.
Se impartirán las clases, abiertas, públicas, a lo largo del día de hoy, en los puntos más diversos de la ciudad.
Es otra forma de protesta, creativa, innovadora, sin gritos ni pancartas, con la sabiduría de un profesor y el interés de unos estudiantes que, en este caso, son todos los que quieran escuchar.
Hace frío en Madrid. La tramontana ha venido para mostrarnos un espléndido cielo azul. Pero habrá que abrigarse! Merece la pena.
La complu en la calle : Lista de clases que se impartirán el día 28 de noviembre.
sábado, 24 de noviembre de 2012
Congreso Internacional de Bioética y Hermenéutica
Del 20 al 22 de Febrero de 2013 se celebrará en Valencia el Congreso Internacional de Bioética y Hermenéutica. La ética deliberativa de Paul Ricoeur (1913-2005).
Toda la información: http://www.ricoeur2013.com
Con motivo de la celebración del centenario del nacimiento de este gran filósofo, los promotores de este Congreso: Tomás Domingo Moratalla y Agustín Domingo Moratalla, han planteado un original programa en el que se une el interés por la hermenéutica y la ética narrativa con el interés por la bioética, con una clave de enlace: la deliberación.
Es, sin duda, una interesantísima propuesta de gran originalidad y profundidad, en la que se darán cita notables especialistas, tanto del mundo de la filosofía, como del mundo de la bioética. Un diálogo fecundo en el que uno y otro campo se enriquecerán mutuamente, haciendo honor a lo que es una de las características más sobresalientes de la aportación de Ricoeur: su espíritu abierto y la necesidad de las mediaciones.
El plazo de propuesta de comunicaciones acaba el 30 de Noviembre.
Para no perdérselo!
Toda la información: http://www.ricoeur2013.com
Con motivo de la celebración del centenario del nacimiento de este gran filósofo, los promotores de este Congreso: Tomás Domingo Moratalla y Agustín Domingo Moratalla, han planteado un original programa en el que se une el interés por la hermenéutica y la ética narrativa con el interés por la bioética, con una clave de enlace: la deliberación.
Es, sin duda, una interesantísima propuesta de gran originalidad y profundidad, en la que se darán cita notables especialistas, tanto del mundo de la filosofía, como del mundo de la bioética. Un diálogo fecundo en el que uno y otro campo se enriquecerán mutuamente, haciendo honor a lo que es una de las características más sobresalientes de la aportación de Ricoeur: su espíritu abierto y la necesidad de las mediaciones.
El plazo de propuesta de comunicaciones acaba el 30 de Noviembre.
Para no perdérselo!
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El mundo de la bioética,
Hermenéutica,
Ricoeur
sábado, 10 de noviembre de 2012
Congreso Nacional de Bioética ABFyC
http://www.xicongresonacionalbioetica.com/
jueves, 25 de octubre de 2012
Bioética Complutense
Acaba de salir el número 12 de Bioética Complutense. Se trata de una publicación que pretende abrir un diálogo sobre la bioética, desde el rigor, el respeto y la pluralidad. En tiempos difíciles como los que nos toca vivir, animarse a seguir pensando y luchando por lograr un mundo mejor, no sólo es una tarea importante, sino que se convierte en una responsabilidad inexcusable.
jueves, 21 de junio de 2012
Investigación en Bioética
Una publicación sobre investigación en bioética es no sólo pertinente, sino imprescindible, porque permite reflexionar sobre la investigación en bioética en el momento actual, la importancia y necesidad de esta tarea, las líneas temáticas y metodológicas que se están desarrollando, los conflictos que se encuentran, etc. También promueve una relación entre los profesionales sanitarios, el ámbito académico y la sociedad en general, que es relevante, no sólo para la comunidad académica sino también para la sociedad en su conjunto, pues la bioética cumple una función social importante, y la universidad y sus miembros tienen la responsabilidad de ofrecer trabajos y resultados que contribuyan a la deliberación democrática sobre temas de relevancia.
El tema de la investigación en bioética es de indudable interés, pero sin embargo casi no ha sido abordado sistemáticamente. En una disciplina tan importante, en la que se trata de analizar los criterios éticos que deben aplicarse en el entorno de la biomedicina, es esencial que se reflexione sobre el modo más adecuado de generar nuevos conocimientos, ligados a la descripción y análisis de la realidad, y también que puedan servir de modificación de actitudes y hábitos, desde la intervención. De ahí que sea imprescindible trabajar en esta cuestión, enlazándola con la valoración del trabajo de la bioética en general y su impacto en la sociedad.
Los autores de esta obra son profesionales y expertos en bioética de reconocido prestigio, de todo el territorio español, lo que nos permite no sólo disfrutar de la gran calidad de los textos, sino también disponer de una perspectiva plural e interdisciplinar, que resulta muy enriquecedora.
El tema de la investigación en bioética es de indudable interés, pero sin embargo casi no ha sido abordado sistemáticamente. En una disciplina tan importante, en la que se trata de analizar los criterios éticos que deben aplicarse en el entorno de la biomedicina, es esencial que se reflexione sobre el modo más adecuado de generar nuevos conocimientos, ligados a la descripción y análisis de la realidad, y también que puedan servir de modificación de actitudes y hábitos, desde la intervención. De ahí que sea imprescindible trabajar en esta cuestión, enlazándola con la valoración del trabajo de la bioética en general y su impacto en la sociedad.
Los autores de esta obra son profesionales y expertos en bioética de reconocido prestigio, de todo el territorio español, lo que nos permite no sólo disfrutar de la gran calidad de los textos, sino también disponer de una perspectiva plural e interdisciplinar, que resulta muy enriquecedora.
http://www.dykinson.com/book--Investigacion_en_bioetica--42428....1.html
jueves, 26 de abril de 2012
Encuentro con Diego Gracia
El pasado 24 de Abril, tuvo lugar, en el Ateneo de Madrid, un acto de homenaje a la figura y la obra de Diego Gracia. Se trataba del primero de una serie de "Encuentros con el autor y su obra" que esta noble y antigua institución del Ateneo ha puesto en marcha, como modo de revitalización de su labor.
El acto se desarrolló en el fabuloso salón de actos del Ateneo donde probablemente podrían haberse encontrado muchas más personas, pero no cabe duda de que, quienes estaban, habían ido allí con el corazón. http://www.ateneodemadrid.com/index.php/esl/Agenda/Actividades/Sesion-cientifica.-Encuentros-con-el-autor-y-su-obra-Diego-Gracia
Y es que, lo más hermoso de este acto fue la calidez y el encuentro entre las personas.
Los invitados a participar, tuvimos la oportunidad de exponer alguno de los aspectos más destacables del excelente trabajo de Diego Gracia, sus aportaciones, su influencia y su importancia. Pero, sobre todo, coincidimos en destacar el carácter de nuestro amigo y maestro: su convicción y perseverancia, su talante dialogante y abierto, su rigor, su profundo respeto por el saber y las personas, y tantos otros rasgos notables de alguien que ha hecho de la búsqueda de la sabiduría su objetivo, y de la transmisión de su saber su recorrido vital. Y con ello pudimos agradecerle también toda esa labor, llena de una apasionada serenidad de la que también dio muestras ayer, con su intervención que hablaba de amistad.
Dijo José Lázaro que suele ser inversamente proporcional la categoría intelectual con la complacencia en los halagos. Y por ello, Diego Gracia, a quien poco gustan los homenajes, mostraba la humildad de los sabios y cierto sonrojo por saberse protagonista de un homenaje.
Merecido homenaje, según Javier Puerto, quien hizo hincapié en su labor de historiador. No en vano son muchas y profundos sus trabajos.
Y sin duda, merecida gratitud porque, como puso de manifiesto Jesús Conill, con Diego Gracia hemos podido asistir a una revitalización de la filosofía, a una apasionada vivificación del pensar, a un progreso intelectual y moral.
Me tocó a mí hablar de su aportación a la Bioética. ¿Qué decir ante tan ingente producción, investigación, docencia y reflexión? Pues lo único posible: que es uno de los grandes.
Diego Gracia nos ha inspirado, nos ha provocado a pensar y a dialogar, a no conformarnos y a ser cada día un poco mejores. Gracias por ello y por compartir esa amistad que tiene un incalculable valor.
El acto se desarrolló en el fabuloso salón de actos del Ateneo donde probablemente podrían haberse encontrado muchas más personas, pero no cabe duda de que, quienes estaban, habían ido allí con el corazón. http://www.ateneodemadrid.com/index.php/esl/Agenda/Actividades/Sesion-cientifica.-Encuentros-con-el-autor-y-su-obra-Diego-Gracia
Y es que, lo más hermoso de este acto fue la calidez y el encuentro entre las personas.
Los invitados a participar, tuvimos la oportunidad de exponer alguno de los aspectos más destacables del excelente trabajo de Diego Gracia, sus aportaciones, su influencia y su importancia. Pero, sobre todo, coincidimos en destacar el carácter de nuestro amigo y maestro: su convicción y perseverancia, su talante dialogante y abierto, su rigor, su profundo respeto por el saber y las personas, y tantos otros rasgos notables de alguien que ha hecho de la búsqueda de la sabiduría su objetivo, y de la transmisión de su saber su recorrido vital. Y con ello pudimos agradecerle también toda esa labor, llena de una apasionada serenidad de la que también dio muestras ayer, con su intervención que hablaba de amistad.
Dijo José Lázaro que suele ser inversamente proporcional la categoría intelectual con la complacencia en los halagos. Y por ello, Diego Gracia, a quien poco gustan los homenajes, mostraba la humildad de los sabios y cierto sonrojo por saberse protagonista de un homenaje.
Merecido homenaje, según Javier Puerto, quien hizo hincapié en su labor de historiador. No en vano son muchas y profundos sus trabajos.
Y sin duda, merecida gratitud porque, como puso de manifiesto Jesús Conill, con Diego Gracia hemos podido asistir a una revitalización de la filosofía, a una apasionada vivificación del pensar, a un progreso intelectual y moral.
Me tocó a mí hablar de su aportación a la Bioética. ¿Qué decir ante tan ingente producción, investigación, docencia y reflexión? Pues lo único posible: que es uno de los grandes.
Diego Gracia nos ha inspirado, nos ha provocado a pensar y a dialogar, a no conformarnos y a ser cada día un poco mejores. Gracias por ello y por compartir esa amistad que tiene un incalculable valor.
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Diego Gracia,
El mundo de la bioética
viernes, 6 de abril de 2012
Nuevo número Boletín Bioética Complutense
Acaba de salir el número 10 del Boletín Bioética Complutense. Un espacio de deliberación que recoge reflexiones interesantes sobre temas de la bioética. ¡No os lo perdáis!
http://www.youblisher.com/p/276114-Bioetica-Complutense-Boletin- > 10/
http://www.youblisher.com/p/276114-Bioetica-Complutense-Boletin- > 10/
miércoles, 22 de febrero de 2012
Ciudadanía
Una de los más llamativos cambios que se produjeron en la segunda mitad del siglo XX fue el "despertar" de la ciudadanía. Movimientos en pro de los derechos humanos, de la defensa del medio ambiente, de la no discriminación racial, de la participación política de las mujeres, o de la negativa a seguir en manos de los megaproyectos científicos financiados por grandes empresas, fueron el caldo de cultivo para una nueva forma de vivir en sociedad. Ya no era posible actuar sin contar con la opinión ciudadana. La sociedad se movía, reclamando ser escuchada. Este es el tejido de una sociedad civil que ha demostrado tener la capacidad de ser más dinámica y responder a los problemas, en muchas ocasiones, con mayor eficacia y rapidez que las instituciones gubernamentales.
Poco a poco se ha ido haciendo cotidiano el trabajo de las organizaciones que, sin ánimo de lucro, y desde la independencia, han ido promoviendo valores de solidaridad y compromiso, rellenando huecos de olvido y desamparo con actividad y responsabilidad. Poco a poco nos hemos ido acostumbrando a protestar y alzar la voz cuando vemos pisoteados derechos o cuando, sencillamente, no se ha tomado en cuenta la opinión de los afectados.
Afortunadamente, hemos ido ganando cierta autonomía moral, al no conformarnos con los modelos impuestos, al generar creativamente nuevas soluciones para los problemas, al imaginar otro mundo posible.
El mundo global en el que ahora nos movemos, con la posibilidad de conocer y saber que nos ofrecen los medios de comunicación, no permite asistir impasible a los acontecimientos que se van sucediendo. Las redes sociales reaccionan y se convierten en cauces de expresión donde no hay libertad, o en motores para la acción y la indignación.
La ciudadanía habla y se la oye.
Obviamente no todo es perfecto. Hay quienes abusan de la buena fe de los ciudadanos. A veces se esconden en las manifestaciones pacíficas movimientos violentos o que obedecen a intereses espurios. En ocasiones se nos van las cosas de las manos y se traspasan los límites de lo aceptable. A veces no nos escuchamos y tratamos de imponer nuestro punto de vista de un modo inflexible e intolerante.
Sin embargo, la solución no es nunca la violencia, ni la agresión, ni la represión. Los conflictos sólo pueden afrontarse con diálogo, con reflexión seria, con participación y análisis prudente de los factores implicados, con respeto, y con voluntad de encontrar soluciones que permitan una vida en comunidad.
El otro no es el enemigo, sino alguien que puede pensar diferente, y que, con ello, nos hace pensar y crecer, nos muestra la diversidad y la riqueza de lo humano, nos exige el reto de encontrar soluciones para alcanzar un mundo mejor para todos.
Poco a poco se ha ido haciendo cotidiano el trabajo de las organizaciones que, sin ánimo de lucro, y desde la independencia, han ido promoviendo valores de solidaridad y compromiso, rellenando huecos de olvido y desamparo con actividad y responsabilidad. Poco a poco nos hemos ido acostumbrando a protestar y alzar la voz cuando vemos pisoteados derechos o cuando, sencillamente, no se ha tomado en cuenta la opinión de los afectados.
Afortunadamente, hemos ido ganando cierta autonomía moral, al no conformarnos con los modelos impuestos, al generar creativamente nuevas soluciones para los problemas, al imaginar otro mundo posible.
El mundo global en el que ahora nos movemos, con la posibilidad de conocer y saber que nos ofrecen los medios de comunicación, no permite asistir impasible a los acontecimientos que se van sucediendo. Las redes sociales reaccionan y se convierten en cauces de expresión donde no hay libertad, o en motores para la acción y la indignación.
La ciudadanía habla y se la oye.
Obviamente no todo es perfecto. Hay quienes abusan de la buena fe de los ciudadanos. A veces se esconden en las manifestaciones pacíficas movimientos violentos o que obedecen a intereses espurios. En ocasiones se nos van las cosas de las manos y se traspasan los límites de lo aceptable. A veces no nos escuchamos y tratamos de imponer nuestro punto de vista de un modo inflexible e intolerante.
Sin embargo, la solución no es nunca la violencia, ni la agresión, ni la represión. Los conflictos sólo pueden afrontarse con diálogo, con reflexión seria, con participación y análisis prudente de los factores implicados, con respeto, y con voluntad de encontrar soluciones que permitan una vida en comunidad.
El otro no es el enemigo, sino alguien que puede pensar diferente, y que, con ello, nos hace pensar y crecer, nos muestra la diversidad y la riqueza de lo humano, nos exige el reto de encontrar soluciones para alcanzar un mundo mejor para todos.
martes, 14 de febrero de 2012
La magia de las cosas pequeñas
Hacer bioética no es sólo estar atento a los grandes avances científico-tecnológicos y su impacto sobre la humanidad presente y futura. No es sólo atender a los graves conflictos entre la gestión económica y la resolución de los problemas de salud pública. No es sólo analizar la idoneidad de los macroproyectos en los que se invierten millones sin que tengan aplicaciones a corto plazo. No es sólo abrirse a la realidad de millones de personas cuyos problemas de salud son tan básicos como la supervivencia, la higiene y la mínima prevención ante la enfermedad. No es sólo luchar por grandes palabras como solidaridad, justicia, paz, o salud mundial.
La bioética es todo eso pero, además, es atender a las cosas pequeñas: escuchar al paciente un poco pesado que vino hoy a la consulta a contar los problemas que tiene con su hijo que quiere ingresarlo en una residencia; dedicar unos minutos más a que la mujer inmigrante, que aún no domina el idioma, pueda aclararse con la petición de cita para el especialista; no perder la paciencia con el niño que se opone tozudamente a tomar la medicina; guardar silencio ante las lágrimas de quien ha perdido a un ser querido y aún no sabe cómo podrá respirar a partir de ahora; ofrecer consuelo a quien se siente atrapado entre las desoladoras paredes de su habitación del hospital; imaginar cómo podríamos celebrar ese día especial que les hace tanta ilusión al grupo de personas con discapacidad intelectual; poner algo de cariño en lavar a ese enfermo de Alzheimer que preguntará, por enésima vez, qué día es hoy...
La realidad de la bioética es ésta del día a día, del cuidado de los pacientes. No es sólo la magia de los titulares, es la magia de las pequeñas cosas. Las que hacen muchos profesionales todos los días, sin que nadie les reconozca su labor ni les den premios. Pero recibiendo por su actuación, su honestidad y su dedicación, el cariño de sus pacientes y el respeto de sus compañeros.
No se puede mejorar la calidad asistencial si no atendemos a estos elementos cotidianos, aparentemente menores, pero que van generando un "caldo de cultivo", un cierto modo de hacer las cosas que se impone y se transmite, que genera costumbres y actitudes, y que revela un compromiso con el buen hacer profesional.
Es esta perspectiva la que ayuda también en los días en que la presión asistencial abruma, los problemas se agolpan y acumulan, el equipo no colabora, el ánimo no está para fiestas, y el cuerpo anda cansado.
En un día como hoy, en que todo nos hizo recordar el amor, no está de más reconocer que en ese cuidado de los pacientes, en esa responsabilidad con una buena labor profesional, en esa pelea contra la pereza, la desidia, la desgana o el desánimo, en ese intento de desarrollar una asistencia humanizada, hay también una forma de amor.
La bioética es todo eso pero, además, es atender a las cosas pequeñas: escuchar al paciente un poco pesado que vino hoy a la consulta a contar los problemas que tiene con su hijo que quiere ingresarlo en una residencia; dedicar unos minutos más a que la mujer inmigrante, que aún no domina el idioma, pueda aclararse con la petición de cita para el especialista; no perder la paciencia con el niño que se opone tozudamente a tomar la medicina; guardar silencio ante las lágrimas de quien ha perdido a un ser querido y aún no sabe cómo podrá respirar a partir de ahora; ofrecer consuelo a quien se siente atrapado entre las desoladoras paredes de su habitación del hospital; imaginar cómo podríamos celebrar ese día especial que les hace tanta ilusión al grupo de personas con discapacidad intelectual; poner algo de cariño en lavar a ese enfermo de Alzheimer que preguntará, por enésima vez, qué día es hoy...
La realidad de la bioética es ésta del día a día, del cuidado de los pacientes. No es sólo la magia de los titulares, es la magia de las pequeñas cosas. Las que hacen muchos profesionales todos los días, sin que nadie les reconozca su labor ni les den premios. Pero recibiendo por su actuación, su honestidad y su dedicación, el cariño de sus pacientes y el respeto de sus compañeros.
No se puede mejorar la calidad asistencial si no atendemos a estos elementos cotidianos, aparentemente menores, pero que van generando un "caldo de cultivo", un cierto modo de hacer las cosas que se impone y se transmite, que genera costumbres y actitudes, y que revela un compromiso con el buen hacer profesional.
Es esta perspectiva la que ayuda también en los días en que la presión asistencial abruma, los problemas se agolpan y acumulan, el equipo no colabora, el ánimo no está para fiestas, y el cuerpo anda cansado.
En un día como hoy, en que todo nos hizo recordar el amor, no está de más reconocer que en ese cuidado de los pacientes, en esa responsabilidad con una buena labor profesional, en esa pelea contra la pereza, la desidia, la desgana o el desánimo, en ese intento de desarrollar una asistencia humanizada, hay también una forma de amor.
lunes, 13 de febrero de 2012
También hay buenas noticias
UNICEF ha informado (http://www.unicef.es/sala-prensa/mas-de-6000-comunidades-en-africa-abandonan-la-practica-de-la-mutilacion-genital-femenin) de que más de 6.000 comunidades africanas han elegido abandonar la práctica de la mutilación genital femenina, según el Programa Conjunto de Naciones Unidas creado para eliminar esta práctica. Y la cifra sigue creciendo.
Según comentan en su información, el Programa Conjunto de UNFPA y UNICEF, puesto en marcha en el año 2008, anima a las comunidades a abandonar de forma colectiva la mutilación genital femenina. Para ello se usa un acercamiento a la cultura local, mediante dialogo y relaciones sociales, para que abandonen la práctica en una generación. El programa se basa en los derechos humanos e involucra a todos los grupos de la comunidad, incluyendo líderes religiosos y a las propias jóvenes. En vez de condenar la mutilación genital femenina, anima al abandono colectivo para evitar el rechazo de quienes la practican y así conseguir su renuncia voluntaria. Para conmemorar el Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenina (6 de Febrero), UNFPA y UNICEF han renovado su compromiso de erradicar esta práctica, y han pedido a la comunidad internacional que participe en este esfuerzo crucial. También consideran que la mutilación genital femenina puede ser abandonada en una generación, lo que ayudaría a millones de niñas y mujeres puedan a vivir sus vidas plenamente, y con mejor salud.
Este es uno de esos temas especialmente dolorosos en los que conviene no perder de vista los elementos implicados. La OMS estableció ese día contra la mutilación, con el eslogan de "tolerancia cero". En nuestro contexto esto resulta evidente y fácil de justificar: una práctica que supone una mutilación (con graves consecuencias) y que incorpora un componente de discriminación por sexo, está por debajo de los mínimos aceptables, por ello es intolerable y se considera una aberración. De hecho, suele ser un paradigmático ejemplo de lo que consideramos la lucha necesaria por los derechos humanos reales y para todos. Pero también conviene conocer los temas a fondo y no perder perspectiva. Aunque haya que erradicar, sin duda, esta práctica, es preciso hacerlo con prudencia, tratando de no dañar ni producir consecuencias nefastas para las personas y poblaciones implicadas, sin imponer modelos culturales que dejen de respetar o desprecien otros sistemas, sin atender a las necesidades y a los contextos en los que se desarrollan estas prácticas. Por eso la iniciativa de UNFPA y UNICEF es valiosa: acercarse a la cultura local, mediante dialogo y relaciones sociales, para que abandonen la práctica desde su propia perspectiva, como convencimiento del grupo, no como imposición de otro mundo. Y, por supuesto, dar todo el apoyo, información, ayuda y colaboración para que sea posible.
Con ello se logran estas buenas noticias. Que no deben engañarnos: aún hay mucho por hacer. En esos ámbitos donde ni siquiera están garantizados los derechos más básicos, donde no se puede asegurar la salud sexual y reproductiva de millones de mujeres, pero también en territorios más cercanos, donde desgraciadamente seguimos asistiendo a situaciones de maltratos intolerables que, físicos o psíquicos, son también formas de mutilación.
Según comentan en su información, el Programa Conjunto de UNFPA y UNICEF, puesto en marcha en el año 2008, anima a las comunidades a abandonar de forma colectiva la mutilación genital femenina. Para ello se usa un acercamiento a la cultura local, mediante dialogo y relaciones sociales, para que abandonen la práctica en una generación. El programa se basa en los derechos humanos e involucra a todos los grupos de la comunidad, incluyendo líderes religiosos y a las propias jóvenes. En vez de condenar la mutilación genital femenina, anima al abandono colectivo para evitar el rechazo de quienes la practican y así conseguir su renuncia voluntaria. Para conmemorar el Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenina (6 de Febrero), UNFPA y UNICEF han renovado su compromiso de erradicar esta práctica, y han pedido a la comunidad internacional que participe en este esfuerzo crucial. También consideran que la mutilación genital femenina puede ser abandonada en una generación, lo que ayudaría a millones de niñas y mujeres puedan a vivir sus vidas plenamente, y con mejor salud.
Este es uno de esos temas especialmente dolorosos en los que conviene no perder de vista los elementos implicados. La OMS estableció ese día contra la mutilación, con el eslogan de "tolerancia cero". En nuestro contexto esto resulta evidente y fácil de justificar: una práctica que supone una mutilación (con graves consecuencias) y que incorpora un componente de discriminación por sexo, está por debajo de los mínimos aceptables, por ello es intolerable y se considera una aberración. De hecho, suele ser un paradigmático ejemplo de lo que consideramos la lucha necesaria por los derechos humanos reales y para todos. Pero también conviene conocer los temas a fondo y no perder perspectiva. Aunque haya que erradicar, sin duda, esta práctica, es preciso hacerlo con prudencia, tratando de no dañar ni producir consecuencias nefastas para las personas y poblaciones implicadas, sin imponer modelos culturales que dejen de respetar o desprecien otros sistemas, sin atender a las necesidades y a los contextos en los que se desarrollan estas prácticas. Por eso la iniciativa de UNFPA y UNICEF es valiosa: acercarse a la cultura local, mediante dialogo y relaciones sociales, para que abandonen la práctica desde su propia perspectiva, como convencimiento del grupo, no como imposición de otro mundo. Y, por supuesto, dar todo el apoyo, información, ayuda y colaboración para que sea posible.
Con ello se logran estas buenas noticias. Que no deben engañarnos: aún hay mucho por hacer. En esos ámbitos donde ni siquiera están garantizados los derechos más básicos, donde no se puede asegurar la salud sexual y reproductiva de millones de mujeres, pero también en territorios más cercanos, donde desgraciadamente seguimos asistiendo a situaciones de maltratos intolerables que, físicos o psíquicos, son también formas de mutilación.
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Multiculturalismo,
Mutilación genital femenina
lunes, 6 de febrero de 2012
Objeción de conciencia ¿hasta dónde?
En una entrada (05/12/2011) en el Blog "Practical Ethics" de la Universidad de Oxford (http://blog.practicalethics.ox.ac.uk/2011/12/the-subtle-line-between-conscientious-objection-and-sabotage/) se preguntaba Francesca Minerva dónde termina la objeción de conciencia y comienza otra acción que denomina "sabotaje".
El tema es, sin duda, complejo y peligrosamente afilado en sus aristas, porque poco a poco hemos ido convirtiendo una excepción en una situación cuya frecuencia permite calificarla de "normal".
Minerva comenta su estupor ante la objeción planteada por algunas enfermeras (según relata el Washington Post, en referencia a un hospital de New Jersey) que, en su afán de no participar de ningún modo en una práctica abortiva, se niegan a cuidar a las mujeres en los períodos anterior y posterior al aborto.
El argumento que se esgrime de "no participar en lo que consideran un asesinato", se basa en el rechazo a ser cómplices de un aborto, lo que significa hacer que ese aborto sea posible, participando directa o indirectamente en la cadena causal que lo produce. Esa posición es respetable, pero Minerva destaca que no parece justificable que, en su afán de "no tener nada que ver con el aborto", se traspase la línea que separa la objeción de conciencia (personal, intransferible, basada en convicciones) del sabotaje, es decir, de poner todos los impedimentos posibles a la práctica del aborto, de modo que resulte más difícil y gravosa física y psicológicamente a quienes participan en ella (incluidas, por supuesto, las mujeres a quienes se practica el aborto, que, al parecer, no merecen ser tratadas con el cuidado y atención profesional que recibe cualquier otro paciente). En este caso no estamos ante una objeción de conciencia sino ante una postura intolerante que no respeta opiniones diferentes.
Como en tantas ocasiones, se trata de diferenciar niveles y no mezclar cosas.
Que un profesional pueda defender sus creencias es incuestionable, y que exista una excepción que permita negarse a realizar ciertas acciones que considera incorrectas aunque sean legales, nos parece una manera de reconocer y respetar el pluralismo de valores que debe estar presente en nuestra sociedad.
Sin embargo, lo que es inaceptable es que, por defender las creencias se actúe mal, incorrectamente como profesional, abandonando y no atendiendo al paciente que lo necesita. Esto es intolerable y puede ser calificado de mala praxis profesional. El profesional sanitario no está para juzgar las acciones o decisiones de sus pacientes. Si el paciente necesita ayuda sanitaria, es exigible que se le preste o, al menos, que se tomen las medidas necesarias para que reciba la ayuda que necesita.
Defender las propias convicciones no puede hacerse por la vía del sabotaje, ni siendo un mal profesional, ni dejando de prestar ayuda a los pacientes. Y escaso favor se le hace a la auténtica objeción de conciencia si se enmascaran bajo su nombre otras acciones que nada tienen que ver, y que son éticamente reprobables.
El tema es, sin duda, complejo y peligrosamente afilado en sus aristas, porque poco a poco hemos ido convirtiendo una excepción en una situación cuya frecuencia permite calificarla de "normal".
Minerva comenta su estupor ante la objeción planteada por algunas enfermeras (según relata el Washington Post, en referencia a un hospital de New Jersey) que, en su afán de no participar de ningún modo en una práctica abortiva, se niegan a cuidar a las mujeres en los períodos anterior y posterior al aborto.
El argumento que se esgrime de "no participar en lo que consideran un asesinato", se basa en el rechazo a ser cómplices de un aborto, lo que significa hacer que ese aborto sea posible, participando directa o indirectamente en la cadena causal que lo produce. Esa posición es respetable, pero Minerva destaca que no parece justificable que, en su afán de "no tener nada que ver con el aborto", se traspase la línea que separa la objeción de conciencia (personal, intransferible, basada en convicciones) del sabotaje, es decir, de poner todos los impedimentos posibles a la práctica del aborto, de modo que resulte más difícil y gravosa física y psicológicamente a quienes participan en ella (incluidas, por supuesto, las mujeres a quienes se practica el aborto, que, al parecer, no merecen ser tratadas con el cuidado y atención profesional que recibe cualquier otro paciente). En este caso no estamos ante una objeción de conciencia sino ante una postura intolerante que no respeta opiniones diferentes.
Como en tantas ocasiones, se trata de diferenciar niveles y no mezclar cosas.
Que un profesional pueda defender sus creencias es incuestionable, y que exista una excepción que permita negarse a realizar ciertas acciones que considera incorrectas aunque sean legales, nos parece una manera de reconocer y respetar el pluralismo de valores que debe estar presente en nuestra sociedad.
Sin embargo, lo que es inaceptable es que, por defender las creencias se actúe mal, incorrectamente como profesional, abandonando y no atendiendo al paciente que lo necesita. Esto es intolerable y puede ser calificado de mala praxis profesional. El profesional sanitario no está para juzgar las acciones o decisiones de sus pacientes. Si el paciente necesita ayuda sanitaria, es exigible que se le preste o, al menos, que se tomen las medidas necesarias para que reciba la ayuda que necesita.
Defender las propias convicciones no puede hacerse por la vía del sabotaje, ni siendo un mal profesional, ni dejando de prestar ayuda a los pacientes. Y escaso favor se le hace a la auténtica objeción de conciencia si se enmascaran bajo su nombre otras acciones que nada tienen que ver, y que son éticamente reprobables.
miércoles, 25 de enero de 2012
María Zambrano, pensadora poética
Hace unos días se presentaron las obras completas de María Zambrano. Serán seis gruesos volúmenes, el primero de los cuales es el tercero. Se ha comenzado por él porque constituye el núcleo básico de su pensamiento, los siete libros publicados entre 1955 y 1973, 'hitos en el camino hacia su plena madurez'. 'El hombre y lo divino' destaca entre todos ellos, y en medio de sus dos ediciones se sitúan los demás: 'Persona y democracia' (1958), último libro "político" de Zambrano; 'Los sueños y el tiempo', una síntesis de su investigación sobre los sueños que se prolongará en 'El sueño del creador', que aplica sus teorías de los sueños a los géneros literarios, esencialmente la tragedia, la novela y la confesión; 'La España de Galdós' y 'España, sueño y verdad', muy relacionados entre sí como continuación de Pensamiento y poesía en la vida española (1939, vol. I), y finalmente 'La tumba de Antígona', que condensa los temas nucleares de su razón poética.
Zambrano fue alumna de Ortega, le tocó vivir una época convulsa y difícil, tuvo que padecer el exilio, fue innovadora y atrevida pensadora, mujer en una facultad de filosofía donde eso resultaba ciertamente extraño, y sobre todo, desarrolló un pensamiento único, profundo y lleno de riqueza no sólo filosófica, sino también literaria.
Zambrano ha sido inspiración para muchos, y desde luego, ejemplo para quienes nos dedicamos a la filosofía y para quienes escribimos con ánimo de hacer pensar, de compartir experiencias que puedan servir para cambiar el mundo. Por eso este blog. Por reflexiones como las que recogen estas palabras magníficas de María Zambrano en un inolvidable texto de 1934 titulado "Por qué se escribe":
Zambrano fue alumna de Ortega, le tocó vivir una época convulsa y difícil, tuvo que padecer el exilio, fue innovadora y atrevida pensadora, mujer en una facultad de filosofía donde eso resultaba ciertamente extraño, y sobre todo, desarrolló un pensamiento único, profundo y lleno de riqueza no sólo filosófica, sino también literaria.
Zambrano ha sido inspiración para muchos, y desde luego, ejemplo para quienes nos dedicamos a la filosofía y para quienes escribimos con ánimo de hacer pensar, de compartir experiencias que puedan servir para cambiar el mundo. Por eso este blog. Por reflexiones como las que recogen estas palabras magníficas de María Zambrano en un inolvidable texto de 1934 titulado "Por qué se escribe":
«Un libro, mientras no se lee, es solamente ser en potencia, tan en potencia como una bomba que no ha estallado. Y todo libro ha de tener algo de bomba, de acontecimiento que al suceder amenaza y pone en evidencia, aunque sólo sea con su temblor, a la falsedad.
Como quien lanza una bomba, el escritor arroja fuera de sí, de su mundo y, por tanto, de su ambiente controlable, el secreto hallado.
Lo que se publica es para algo, para que alguien, uno o muchos, al saberlo, vivan sabiéndolo, vivan de otro modo después de haberlo sabido; para librar a alguien de la cárcel de la mentira, o de las nieblas del tedio, que es la mentira vital.»
Como quien lanza una bomba, el escritor arroja fuera de sí, de su mundo y, por tanto, de su ambiente controlable, el secreto hallado.
Lo que se publica es para algo, para que alguien, uno o muchos, al saberlo, vivan sabiéndolo, vivan de otro modo después de haberlo sabido; para librar a alguien de la cárcel de la mentira, o de las nieblas del tedio, que es la mentira vital.»
lunes, 2 de enero de 2012
Fallece Francesc Abel
Ojalá se pudiera comenzar este año de otro modo, pero la realidad es dura y dolorosa. Francesc Abel falleció el último día del año 2011.
Nos deja, en el inicio de este nuevo año, un inesperado vacío. El fue uno de los iniciadores de la disciplina de la bioética en España. Trajo a Cataluña su experiencia junto a A. Hellegers y fundó el Instituto Borja de Bioética para realizar aquí una experiencia tan novedosa como fructífera de diálogo interdisciplinar. Como dice Nuria Terribas (actual directora del Instituto), su tarea la realizó "siempre desde la ponderación y la prudencia, pero no sin un punto de atrevimiento valiente y firme, en el diálogo entre ciencias y humanidades, en el que tanto creía" (http://www.ibbioetica.org/es/modules/AMS/article.php?storyid=41).
Muchos hemos tenido la suerte de aprender y colaborar con él. Hemos podido conocer a una excelente persona, comprometida con una causa (la de la bioética) y desarrollando su mejor labor desde la sensatez y también desde el buen humor. Afortunadamente, su labor ha dado frutos y su recuerdo estará a salvo. Ojalá sea un ejemplo para otros muchos.
En este momento triste tan sólo cabe agradecer haber tenido la oportunidad de conocer a Francesc, y de compartir con él intereses, actividades y buenos ratos. Y desde ese recuerdo mantener viva la bioética hecha con excelencia, con serenidad, con rigor, o lo que es lo mismo, bien hecha.
La foto que acompaña este post fue tomada en las Jornadas de Investigación en Bioética que se realizaron en la Universidad Rey Juan Carlos en Octubre de 2008. Precisamente ahora se está ultimando la publicación de los textos de aquellas ponencias, incluido el de Francesc. Será, sin haberlo pretendido, un homenaje más a su labor.
Feliz año a todos.
Nos deja, en el inicio de este nuevo año, un inesperado vacío. El fue uno de los iniciadores de la disciplina de la bioética en España. Trajo a Cataluña su experiencia junto a A. Hellegers y fundó el Instituto Borja de Bioética para realizar aquí una experiencia tan novedosa como fructífera de diálogo interdisciplinar. Como dice Nuria Terribas (actual directora del Instituto), su tarea la realizó "siempre desde la ponderación y la prudencia, pero no sin un punto de atrevimiento valiente y firme, en el diálogo entre ciencias y humanidades, en el que tanto creía" (http://www.ibbioetica.org/es/modules/AMS/article.php?storyid=41).
Muchos hemos tenido la suerte de aprender y colaborar con él. Hemos podido conocer a una excelente persona, comprometida con una causa (la de la bioética) y desarrollando su mejor labor desde la sensatez y también desde el buen humor. Afortunadamente, su labor ha dado frutos y su recuerdo estará a salvo. Ojalá sea un ejemplo para otros muchos.
En este momento triste tan sólo cabe agradecer haber tenido la oportunidad de conocer a Francesc, y de compartir con él intereses, actividades y buenos ratos. Y desde ese recuerdo mantener viva la bioética hecha con excelencia, con serenidad, con rigor, o lo que es lo mismo, bien hecha.
La foto que acompaña este post fue tomada en las Jornadas de Investigación en Bioética que se realizaron en la Universidad Rey Juan Carlos en Octubre de 2008. Precisamente ahora se está ultimando la publicación de los textos de aquellas ponencias, incluido el de Francesc. Será, sin haberlo pretendido, un homenaje más a su labor.
Feliz año a todos.
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